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martes, 22 de marzo de 2016

Eugenio d'Ors: Lo barroco.

Tecnos, Madrid, 1993.

p. 65: «toda revolución constituye, a su vez, una reacción y contiene en sí la invocación de un precedente»

p. 66: Tiéndese progresivamente a creer que

1.º  El Barroco es una constante histórica que se vuelve a encontrar en épocas tan recíprocamente lejanas como el Alejandrinismo lo está de la Contra-Reforma o esta del período ‘Fin de Siglo’; es decir, del fin del XIX, y que se ha manifestado en las regiones más diversas, tanto en Oriente como Occidente.

2.º Este fenómeno interesa no sólo al arte, sino a la civilización entera, y hasta, por extensión, a la morfología natural (el mismo Croce, cuya opinión negativa acaba de citarse, ¿no ha acabado por publicar un libro que se titula: ‘Historia de la Edad barroca en Italia’?).

3.º Su carácter es normal; y, si cabe hablar aquí de enfermedad, será en el mismo sentido dentro del cual Michelet decía que ‘la mujer es una eterna enferma’.

4.º Lejos de proceder del estilo clásico, el Barroco se opone a él de una manera más fundamental todavía que el romanticismo; el cual, por su parte, no parece ya más que un episodio en el desenvolvimiento histórico de la constante barroca. Añadamos que, para quien se interesa en tales cuestiones, la revisión estética del concepto del barroco representa hoy uno de los temas estéticos más interesantes y más actuales.


p. 79-80: Apenas la inteligencia afloja sus leyes, recobra la vida su fuero. Así que la disciplina pierde su carácter sagrado, la espontaneidad reviste una manera de divinización. Siendo, por esencia, todo clasicismo intelectualista, es por definición, normativo y autoritario. Recíprocamente, porque todo barroquismo es vitalista, será libertino y traducirá un abandono, una veneración ante la fuerza. Por eso el clasicismo fue también llamado humanismo, en denominación casi sinónima. El sentido cósmico del barroquismo, al contrario, bien se reveló en su vocación sempiterna por el paisaje y por el folklore. (...) El Barroco es el idioma natural de la cultura, aquel, por cuyo medio, la Cultura imita los procedimientos de la natura. El Barroco contiene siempre en su esencia algo de rural, de pagano, de campesino. Pan, dios de los campos, dios de la natura, preside cualquier creación barroca auténtica.

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